¿Sorprendidos? Seguramente, pero tranquilos, sólo somos “un poquito” más altoss, nada más.
Esto se debe básicamente a que nuestra columna durante la noche se
separa un poquito más al hidratarse, permitiendo con ello que el espacio
de los discos entre vértebra y vertebra se distancie levemente,
dándonos un poquito más de altura. Pero eso sí, llegada la mañana los
discos vuelven a contraerse en su posición original. Curioso ¿No es así?
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